Estudio sobre los Habitos de Personas Usuarias de Internet en Mexico 2022

 Reflexión y análisis

El presente informe tiene la finalidad de definir cuáles son las tendencias de consumo actual para así, encontrar con mayor agilidad las áreas que representan una oportunidad para la toma de decisiones, considerando claro está, el acceso al internet (lo cual es traduce a su vez como parte del desarrollo económico y social).

    Durante el tiempo más intenso de la Pandemia del virus denominado como COVID-19, fue la conectividad una especie de “vacuna” para la operación social y económica de México, miles de millones de personas empezaron a sumergirse en el internet, incrementando así la tasa de usuarios que hacen uso del mismo. Mientras que lo anterior sucedía, de manera paulatina al encierro, las personas se hacían cada vez más dependientes del mismo.

    La pandemia incentivó un mayor uso de herramientas digitales en todos los niveles y estrados de la sociedad, incentivando de esta manera un mayor número de actividades en línea, debido a que, a raíz de la necesidad de educación, trabajo y entretenimiento en casa, el internet se convirtió aún más en una herramienta transversal a las actividades de millones de usuarios mexicanos. De acuerdo al 18° Estudio sobre los Hábitos de Personas Usuarias de Internet en México 2022, el 74% de los internautas declara no tener un día específico con mayor conexión. El dato porcentual anterior es impactante ya que, más de la mitad ha demostrado no tener la mínima noción del tiempo específico que le dedica a estar conectado, ¿cómo puede ser posible invertir tanto tiempo en un algo que en ocasiones es meramente distracción o información “irrelevante”?

    En México, a partir de la pandemia, el Smartphone se convirtió en el principal punto de acceso a internet puesto que este tipo de dispositivo hizo posible que muchos niños y niñas pudieran estudiar durante la etapa del confinamiento, asimismo, porque en comparación a una tableta o computadora, la compra de dicho aparato tecnológico era accesible. Con esto, se comprende entonces que existe una baja variedad de dispositivos debido a las barreras de poder adquisitivo (dinero). Aunado a lo anterior, es preciso puntualizar que, a esto se le agrega la falta de conectividad, la cual es principalmente comprendida con base a las barreras económicas y falta de habilidades digitales (esto se conceptualizaría como “Brecha Digital”).

    La vida ha pasado a ser una foto que publicas en Instagram o Facebook y en recibir una falsa y fugaz atención por una mayor cantidad de “Like”, igualmente, se ha convertido en una competencia de quién presume más en las stories de Instagram. Las redes sociales se han convertidos en una clase monstros digitales o de gigantes tecnológicos que se han encargado de manipular intereses y vender ideas (sin considerar en ningún momento cuestiones éticas ni mucho menos, morales) en los internautas.

    Por otro lado, cabe decir también que, la tecnología ha llegado al extremo de afectar emocional y psicológicamente al ser humano, las inseguridades y debilidades del mismo son expuestas y duramente criticadas; el individualismo, la superficialidad, la vanidad y, el egoísmo, están dominando al hombre. Entonces, es ahí donde surge una interrogante personal: ¿Qué clase de generaciones estamos preparando y en qué clase de generaciones nos estamos convirtiendo?, el fenómeno del internet en los últimos años se ha agudizado al grado de que, hasta los límites más pequeños y más grandes de las edades, hacen uso del Internet.

    Sin excepción alguna, es fuete tomar consciencia del hecho de que hoy por hoy los usuarios han dejado de ser disfrutar la vida, pareciese que todo se basa en deslizar una pantalla, hacer comentarios breves, enviar un emoji/sticker, ver vídeos cortos por horas, dar un Like, compartir sin haber analizado si el contenido es real o no, entre otras múltiples acciones que se suman a tener acciones automatizadas y naturalizadas en la cotidianidad de la vida.

    El internet y, en específico, las redes sociales, han usado a su favor la psicología del consumo y, en consecuencia, a ello, han llegado a controlar comportamientos e ideologías de usuarios, en pocas palabras, han llegado a pensar por otros, ¿acaso el ser humano ha perdida la capacidad para ser crítico, analítico y constructivo ante lo que consume?, ¿en qué momento el hombre dejó de ser capaz de poner límites?, ¿cuándo fue que surgió una ansiedad por estar desconectado “del mundo” a pesar de tener a muchos más a tu alrededor?, ¿realmente lo que se vive actualmente ha sido analizado desde nuestra trinchera como un fenómenos que nos afecta y consume?; el ser humano se ha vuelto un producto que los grandes medios han sabido manipular, por consecuente, es propicio fomentar la crítica y la reflexión para romper esquematizaciones existentes en la sociedad.

    En conclusión, los seres humanos debemos desarrollar nuestro pensamiento crítico, analítico y reflexivo para así poder tomar decisiones en cuanto a todo lo que consumismo y que el mundo digital nos vende, es decir, uno debe razonar qué clase de contenido estamos dejando entrar a nuestras vidas y de qué manera nos está enriqueciendo o no. Igualmente, es importante concientizar el tiempo que se le dedica a cada plataforma a la que uno accede, las redes sociales y, el internet en general, no debería controlar nuestras vidas ni nuestras acciones, por tanto, los seres humanos debemos racionalizar cada click, cada perfil que abrimos, cada acceso que permitimos, cada minuto que invertimos, cada contenido que vemos así como el valor y beneficio que otorga a nuestras vidas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario